domingo, 17 de agosto de 2008

Me gusta ultimahora.com


Acabo de ingresar recién a la página web del periódico Ultima Hora. Me he dado un festín de información tanto nacional como internacional, es completísimo, además, cada uno de los que opinan en el diario cuentan con un blog.

El contenido de la página es uno de los más completos en nuestro país, no creo exagerar.

Personalmente, me gusta el Correo Semanal, las veces que tengo oportunidad, lo leo, me fascina. Un pequeño problema, espero que ya lo hayan solucionado, es que la pagina del Correo Semanal tenía problemas en su diseño, lástima, pero a todo sitio web le pasó alguna vez.

Ultima Hora, es único periódico que se puede conseguir en cualquier parte del mundo,
en un recurso muy importante para los paraguayos de todo el planeta.

En síntesis, me gustó la página de UH.

El Conejo: Aburrido y sin creatividad


Hemos visto a Palo Rubín hacer este programa desde hace años. El tiempo ha hecho que Rubín no pase de ser un conductor sencillo, ni bueno, ni malo. No tiene el condimento que lo haga crecer, se estancó en un estilo demasiado simple.

Ayer apareció en el programa, el millonésimo actor que pretende imitar a Lugo. Este, sin duda, es el peor, la voz no le salía, el maquillaje parece que fue hecho por niños, (recordando que su aparición fue en el Día del Niño) nunca dijo un chiste que haga borrar de mi rostro esa mueca de ver algo corriente y sin futuro. Ah, y el Yoyito Franco de Pepe Galera, por favor, ¿acaso piensan que cambiando la voz uno ya imita? En nada se parecía al político.

Las Conejitas estuvieron fuera de lugar, vestidas de niñas en el Día del Niño (¡Oh, originalidad!) Hacían gestos sensuales mientras niños jugaban a su alrededor. ¡Por favor!

Rubén Samaniego no tiene talento, al menos no se le ve por ningún lado. Es antipático, su look de jovencito ya no le queda. Debe de buscarse un estilo maduro, no solo usar saco y corbata, no es suficiente. Tal vez le den un espacio mayor si cambia de actitud.

¡Ah, los juegos! Son aburridos, son refritos nada más. En conclusión, El Conejo nunca tuvo creatividad